30 noviembre 2009

Decepcionado

Y la sangre llora su pena
en lágrimas de inmenso dolor
la confianza es solo esperanza
puesta en el ardiente sol.

La sed no calma las penas
el licor solo abre el fragor
de aquellos áridos suelos
que el sol toda vida quemó.

Mis lágrimas riegan el silencio
que dá frutos solo de soledad
y las solitarias tierras fértiles
en su mañana solas morirán.

Hoy la sangre hierve en mis venas
la pena solo es decepción,
el tiempo se ha de cobrar todo,
hasta las lágrimas del corazón.

25 noviembre 2009

Nueva década

De aquellos años que atrás he dejado,
donde estuve bien o mal acompañado
o talvés como un viajero solitario,
solo quedan ambivalentes recuerdos.

Aquellas ingenuas historias ocultas
se abrazan hoy a la malicia de los años
para sobrevivir a la madurez del futuro.

Desde ahora se inicia un nuevo mundo,
donde suele ser más dificil decidir,
donde la vida marca un maduro camino.

Agradecido a aquellos veteranos años
secuestradores de experiencia,
emprendo el viaje a la nueva década
que emprendo cerca de los treinta.

20 noviembre 2009

Casualidad

Cerca de tu casa caminaba
con la mirada puesta en el camino,
con el pensamiento en el olvido,
con el corazón lleno de frio.

No te encontré al pie de la calle
o bajo el dintel de tu puerta
y no supe que debía conocerte.

Aseguras que es el misterioso destino,
dueño eterno de las casualidades;
quién en un lugar más común y remoto
nos puso este punto de encuentro.

No importa la causa, talvés sí el motivo.
A ambos nos cobijó el mismo pueblo,
y nos presentó el mismo gran amigo.

Falta madurar nuestra amistad.
Esperemos darnos el tiempo
y que el tiempo dé oportunidad.

A mi amiga y paisana Marielita

18 noviembre 2009

Grietas de recuerdos


Las mañanas de tu eterna alegría
eran el romántico atardecer
que envuelvía mis ilusiones cada día.

Las salinas y húmedas lágrimas
entregadas a tus dulces besos
secaban las raíces de mi tristeza.

Los días sin saber donde encontrarte
son grietas en mis recuerdos
e instantes de mi vida sin sentido.

El último beso de esa noche
no colmó la sed de mis labios,
que ansiosos esperaron el nuevo día.

Extraño tus mañanas, tus besos, tu alegría,
y los diarios recuerdos de tu amor
en las tristezas marchitas de mi vida.

17 noviembre 2009

¿Te llevo primero al telo' o al teatro?

Una tarde de aquel conocido mes de los milagros, una amiga mía transitaba por las centricas calles de la ciudad de Trujillo. Ella iba bien vestida: llevaba unas botas con tacones, un jeans azul muy ajustado y una casaca negra con gorro polar.

A su lado un pequeñín hombrecito acompañaba su paso, el le había prometido llevarla a conocer a los integrantes de un popular grupo de música folklórica, quienes tocarían en el Teatro Municipal de la ciudad.

Pero resulta que la promesa del muchachito no habia sido ir primero al teatro, por lo que la simpática señorita notó que el camino tomado no era el acordado, ella algo ofuscada lanzó ante la presencia de muchos curiosos y testigos, esta inusual y sorpresiva oración:

"Total, no que me ibas a llevar primero al telo (hotel) y después al teatro".

Tras este estrepitoso reclamo que hizo voltear la mirada a más de un sorprendido, la redondeada carita de mi amiga no hizo más que mostrar el color de la vergüenza. Desde luego, el también anonadado muchachito solo atinó a reirse de tan singular episodio.

Para aclarar las cosas, la promesa de este muchachito era que llevaría a mi estimada amiga al hotel, desde luego, pero al hotel donde se alojaban los integrantes de dicho grupo para que pueda conocerlos y posteriormente irian al teatro. Sin embargo, el muchachito la llevaba primero al teatro, lugar donde se quedaron para reunirse con otros amigos más.

Queda claro que una vez en el teatro ya no fueron al telo. Así que mucho cuidado con lo que sueles decir, sobretodo tomando en cuenta dónde y a quién lo dices.

12 noviembre 2009

Vuelvo a perderte

Y vuelvo a perderte en esta vida de apuros,
en este día alterno y de tiempos maduros.

Vuelvo a perderte y no sé,
si he de contar los años,
o no he de verte jamás.

Te vas arrastrada por ese amor
que no niega tu encantadora mirada,
y que se hace aún más fuerte
con cada travesura de tus hijos.

Talvés a tu regreso te descubra
otro par de traviesos y muchos años encima,
pero a tu retorno también espero
la misma bella sonrisa que tu partida dejó.

Cuidate del tiempo y de los hombres
de la envidia y de la mentira.
Y más aún, de los falsos recuerdos
que hoy te llevas de mí.

A mi inquebrantable amiga Rocio Costa.