05 marzo 2010

Un día contigo

Ahi, a esa distancia,
tus ojos sostienen una dulce mirada,
que endulza cada amarga tristeza.

Ahí, en ese momento,
tu pelo se acaricia con el viento
y se despliega hacia el infinito.

Ahí, bajo ese contexto,
tus palabras diluyen el tiempo
y mi tiempo se entrega para ti.

Ahí, al llegar la despedida,
tu abrazo me destierra del mundo
y tu beso es mi aliento de vida.

Ahí descubrí que no sólo me gustas,
sino también que te quiero.

A mi amiga Marielita con ese gran cariño que le he mostrado siempre.