08 marzo 2006

Le temían a la oscuridad


Les comentaré al frente de mi casa se encuentra ubicado un Hostal que por respeto a los que lo administran, pues los conozco, voy a omitir el nombre. Este hostal de dos pisos, fachada verde, con azotea y una pequeña cochera, recibe a innumerables parejas que desean demostrar su amor a través de la entrega total de sus cuerpos. Se ubica exactamente en la esquina opuesta a mi domicilio, por lo que cuando me hallo en la azotea de mi casa, también de dos pisos, se puede observar los autos estacionados en su playa de estacionamiento y uno se sus balcones que se ubica justo en la calle que nos divide.

Y resulta que en una ocasión estaba entretenido mirando televisión en le primer nivel de mi humilde hogar y recibí el llamado de mi hermano Jorge que charlaba con un amigo en la azotea. Subí rápidamente pues como era costumbre siempre sus llamados eran para ver cuando los pandilleros del lugar cometían sus fechorías o se peleaban con otro grupo de jóvenes desadaptados.

Pero esta vez era diferente se trataba de que una peculiar pareja de "amantes, esposos, novios", quien sabe, que estaban en plena actividad sexual en la habitación que da al frente del lado posterior de mi domicilio. El punto es se podía observar las poses que realizaban gracias a sus siluetas, pues tenían la luz prendida. Vaya era una escena por demás erótica, se veía a la señorita tener sus largas piernas en los hombros de su complaciente compañero que golpeaba con furia contra su cuerpo. Luego apreciamos dos poses más que dejaré para su imaginación.

Luego no se pudo observar más pues al parecer se sintieron espiados ante nuestra silbatina provocaba por la envidia que sentíamos al ver como su compañero no desperdiciaba las atrevidas poses que la inmaculada jovencita sugería desde la luz que reflejaba su esbelto cuerpo. ¡Que mujer! Se entregaba con absoluta libertad y sensualidad.

Esperamos a que salgan para por curiosidad saber quien era esa parejita, que al parecer LE TEMÍA A LA OSCURIDAD. Vaya sorpresa, luego de una hora aproximadamente, salieron en un auto con lunas polarizadas de la cochera del hostal, por lo que no pudimos conocer la identidad de tan sensual señorita, ni del afortunado "matador".