18 marzo 2009

Fugitiva

Cuando solía llegar,
miraba su cabello
retorcerse y bailar con el viento
sobre sus delicados hombros.

Cuando solía estar aquí,
la perseguía en mi sueño
sin alcanzar a tocar sus labios
partidos por un intenso frío.

Antes de verla partir,
miraba su sonrisa
insinuando una caricia
sin atreverse a cumplir su destino.

Y al alejarse de aquí,
en mis sueños la perseguía,
mientras el mundo dormía,
mientras pasaban los años.

Pero el insolente despertar
cual vivaz ladronzuelo,
sin dar previo aviso,
en un zig zag hurtó mi sueño.

Así descubrí que aquel amor
aquel que estuvo aquí,
se marchó sin prometer volver,
pues no quiso quedarse conmigo.

Para aquel amor que estuvo aquí y no se quedó.