08 noviembre 2019

Congelado en el tiempo

Tan cortos son los años que consumen la vida,
tan largos los días de sueños despiertos.
Visto de tradiciones, costumbres y cuentos.
Reposo a la sombra de un árbol sin frutos.
Tengo el alma despierta y perdida.

La tierra me niega sus múltiples frutos.
Cada paso destroza los extensos surcos
y el cielo se abre al sol y esconde
los nimbos que llevaba en su vientre.
Tengo el alma despierta y taciturna.

No hay más semillas del futuro.
ni recuerdos de niños corriendo
zapateando y sonriendo en el charco,
ni curiosas criaturas devorando el granizo.
Tengo el alma despierta y muriendo.

El resuello del viento congela mis mejillas
y comienza a tiritar mi sonrisa
Tengo el alma congelada en recuerdos
y aún no he llegado a la cima.