04 julio 2009

Fraterna nostalgia

Ayer volví a recodar nuestros pasos
Y decidí que era tiempo de visitarte
Nunca llevé un ramillete de flores
tan solo las ansias de estrechar tu mano,
palmear tu espalda y decirte:
"¿Cómo estás "mastodonte", hermano?"

Hoy, en eterna paz descansa tu alma,
mientras comulgo en esta vida mis pecados,
enfrentando en soledad a la vida,
a la cuál temo más que a la muerte.

Ayer te imaginé con cinco años encima,
arrastrando tus pasos por el camino,
abrigando tus manos en los bolsillos
de aquel ancho pantalón remendado.

Ayer recordé aquellas locuras
que inventaba para hacerte reír.

Hoy parece haber sanado mi locura,
no comparto mi mundo, ni mis aventuras
y trabajo a doble horario
por ver nuestro sueño realizado.

0 comentarios:

Publicar un comentario