(Dedicado a una amiga cincelada en mis recuerdos)
Aquel día en que dormía
con los ojos abiertos,
con la luz prendida.
Su voz interrumpió mi muerte,
descucrí su frágil sonrisa
y pude vivir nuevamente.
Su cuerpo encendido
era mi sueño cumplido,
que abrazé en mis tardes,
que besé en mis noches.
Sé ahora que:
Eres tú el instante.
Eres tú mi recuerdo.
Eres tú la distante.
Eres tú mi momento.
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